Se encuentra que la antimateria es un combatiente poderoso contra el cáncer
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 07 Dec 2006
Un experimento revolucionario con aplicaciones potenciales futuras en la terapia del cáncer ha producido sus primeros resultados. El experimento, ACE (Experimento de Antiprotones y Células), iniciado en 2003, es la primera investigación sobre los efectos biológicos de los antiprotones.Actualizado el 07 Dec 2006
"Hemos tomado el primer paso hacia un tratamiento novedoso del cáncer. Los resultados muestran que los antiprotones son cuatro veces más efectivos que los protones para matar las células vivas. Aunque todavía debe ser comparado con otros métodos existentes, es un logro mayor en esta área de investigación”, comentó el Dr. Michael Doser, uno de los científicos que colaboran con el estudio en la Organización Europea para Investigación Nuclear (CERN; Ginebra, Suiza). El ACE reunió un equipo de especialistas en el campo de la física, la biología y la medicina de 10 institutos de todo el mundo.
La terapia de rayos de partículas actuales usa protones para destruir las células tumorales dentro de un paciente. El estudio ACE comparó directamente la efectividad de la irradiación celular usando protones y antiprotones. Para simular una sección de tejido dentro del cuerpo se llenaron tubos con células de hámster suspendidas en gelatina. Los investigadores enviaron un rayo de protones o antiprotones con un alcance de 2 cm. de profundidad a un extremo del tubo, y evaluaron la fracción de células sobrevivientes después de la irradiación a lo largo del rayo.
Los hallazgos demostraron que los antiprotones eran cuatro veces más efectivos que los protones. Cuando se comparó un rayo de antiprotones con un rayo de protones que causan la misma cantidad de daño a la entrada del blanco, el estudio encontró que el daño generado a las células al final del paso del rayo era cuatro veces mayor para los antiprotones que para los protones.
Michael Holzscheiter, vocero del experimento ACE, resumió: "Para lograr el mismo nivel de daño a las células en el área blanco, se necesitan cuatro veces menos antiprotones que protones. Esto reduce significativamente el daño a las células a lo largo del canal de entrada del rayo de los antiprotones en comparación con los protones. Debido a la capacidad sin par de los antiprotones de conservar el tejido sano, mientras causan daño a un área específica, este tipo de rayo podría ser muy valioso para tratar casos de cáncer recurrente, en los que esta propiedad es vital”.
Los antiprotones son antimateria; deben ser generados en cantidades pequeñas en el laboratorio con la ayuda de un acelerador de partículas. Cuando se encuentran las partículas de materia y antimateria, se aniquilan, o destruyen entre sí, transformando su masa en energía. El estudio usó esta característica puesto que el antiprotón se aniquilaría con una parte del núcleo de un átomo en una célula tumoral. Los fragmentos generados por la energía liberada por la aniquilación serían proyectados a las células tumorales vecinas, las cuales serían destruidas.
CERN es una instalación única para este trabajo. Es el único lugar del mundo donde está disponible un rayo de antiprotones con la energía baja y alta calidad suficientes. Esto es crucial para nuestra investigación. Sin acceso a la instalación de desaceleración de protones, estos experimentos, simplemente no hubiesen sido posibles”, dijo Niels Bassler, otro vocero de ACE. Este experimento es un ejemplo fantástico de cómo la investigación en la física de partículas pueda generar soluciones innovadoras con beneficios médicos potenciales”.
Los investigadores están realizando actualmente más pruebas para irradiar células a una profundidad mayor (aproximadamente 15 cm. por debajo de la superficie). Los experimentos para comparar la efectividad de los antiprotones con otra forma de tratamiento usando iones de carbono comenzarán el próximo mes en la Gesellschaft für Schwerionenforschung (GSI; Darmstadt, Alemania). Están planeados estudios adicionales para evaluar integralmente la efectividad y la propiedad de los antiprotones para la terapia del cáncer, y para garantizar que se causa menos daño a los tejidos sanos en comparación con otros métodos. Si todo va como se planea, las primeras aplicaciones se demorarán todavía una década o más.
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