Manera nueva de controlar las bacterias resistentes a las drogas

A través de un hallazgo casual, los investigadores han encontrado que los bacteriófagos contienen genes que les permiten cambiar rápidamente sus proteínas para ligarse a receptores celulares diferentes, un descubrimiento que puede producir fagos construidos genéticamente para tratar las infecciones bacterianas que se vuelven resistentes a los antibióticos.

El descubrimiento fue hecho por los investigadores de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA, EUA), dirigidos por Jeffrey F. Miller, Ph.D., profesor y jefe de microbiología, inmunología, y genética molecular. El equipo del Dr. Miller estaba trabajando en otro proyecto cuando encontró que el genoma del fago que infecta la Bordetella bronchiseptica, una pariente de la bacteria que causa la tos ferina, contiene una serie de genes que cambian la parte del virus que se liga a la célula bacteriana. Esos genes le permiten al fago desarrollar rápidamente variantes nuevas que pueden reconocer y atacar la bacteria que puede haberse vuelto resistente al fago anterior.

"La terapia con fagos ha sido practicada durante casi cien años en partes del mundo, y aún en los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XXI”, explicó el Dr. Miller. "Pero ahora pensamos que podemos construir bacteriófagos para funcionar como agentes antimicrobianos "dinámicos”. Esto puede proporcionarnos una fuente renovable de antibióticos inteligentes para tratar las enfermedades bacterianas”.

El Dr. Miller y su equipo están continuando el estudio de este mecanismo genético para aprender más acerca de sus propiedades bioquímicas y para determinar si las formas más altas de vida tienen clases similares de genes. Con el tiempo, el Dr. Miller cree que podrán usar este conocimiento para generar proteínas en el laboratorio que se ligarán a casi cualquier molécula de interés. "Sin entender mucho de cómo trabajan los bacteriófagos, podemos adaptar potencialmente esos virus para infectar y destruir las bacterias que han mutado y se vuelven resistentes a las drogas.



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UCLA