La estreptoquinasa determina la especificidad de especie del estreptococo del grupo A
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 12 Oct 2004
Los investigadores han encontrado que la enzima estreptoquinasa, la cual es producida por el estreptococos patógeno del Grupo A, es responsable por la capacidad selectiva de este organismo para infectar humanos a la vez que no exhibe actividad, o muy poca, contra otras especies de mamíferos. Actualizado el 12 Oct 2004
La estreptoquinasa activa la forma humana de la enzima, el plasminógeno, el cual disuelve los coágulos sanguíneos degradando la proteína, fibrina. Un artículo publicado en la edición de agosto 27, 2004, de la revista Science reveló que la especificidad de la estreptoquinasa del estreptococo del Grupo A para el plasminógeno humano es la base de la especificidad de especie para esta bacteria.
Investigadores de la Universidad de Michigan (Ann Arbor, EUA), crearan una línea transgenética de ratones insertándoles el gen para el plasminógeno humano. Posteriormente se encontró que estos ratones eran mucho más susceptibles a la infección por el estreptococo A que los animales normales.
Entender el porqué las bacterias en general son tan específicas por especie ha sido un problema principal por un largo tiempo, dijo el autor principal el Dr. David Ginsburg, un profesor en el departamento de genética humana de la Universidad de Michigan. Y esta especificidad de especie ha dificultado mucho nuestra capacidad de desarrollar un modelo animal para las bacterias específicas para los humanos, como los estreptococos del grupo A, los cuales son importantes para la patogenia humana.
Y en cuanto al porque la capacidad de modular el mecanismo de coagulación es ventajoso para la supervivencia de la batería, dijo el Dr. Ginsburg. Este sistema produce coágulos en los vasos sanguíneos alrededor de la infección, cerrando las vías que las bacterias usarían para diseminarse. Sin embargo, la estreptoquinasa bacteriana sobrepasa este sistema provocando el coágulo sanguíneo se disuelva para que las bacterias se puedan diseminar.
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University of Michigan