Una droga genética protege a los tejidos cardiacos del estrés oxidativo
Por el equipo editorial de Hospimedica en Español
Actualizado el 17 Sep 2004
Los investigadores han desarrollado un método para prevenir el daño tisular después de un ataque cardiaco usando un vector adenoviral para insertar un gen que codifica la enzima hemo oxigenasa, la cual genera antioxidantes que protegen a las células del estrés oxidativo.Actualizado el 17 Sep 2004
Investigadores en el Hospital de Mujeres y Brigham, crearon una droga genética añadiendo el gen que codifica la hemo oxidasa (HO-1) a otro vector adenoviral. La hemo oxigenasa es una enzima microsomal que cataliza la oxidación del hemo a moléculas antioxidantes, biliverdina y monóxido de carbono. La HO consiste de dos isoenzimas homólogas, una HO-1 inducible y una HO-2 expresada constitutivamente. HO-1 es inducida por una gran variedad de estímulos incluyendo condiciones de estrés oxidativo, agentes inflamatorios, el factor transformante de crecimiento beta, y el shock térmico. Se piensa que el aumento en la expresión de HO-1 es un mecanismo de defensa celular contra el estrés oxidativo puesto que la elevación en HO puede generar eventualmente más bilirubina, un antioxidante. El vector adenoviral asociado usado para insertar el gen ha demostrado ser seguro en los humanos a través del uso para el tratamiento de hemofilia.
Los investigadores inyectaron la droga en el corazón, el hígado y el músculo esquelético de ratas y cinco semanas más tarde restringieron el flujo de sangre a los órganos de los animales, cerrando arterias claves por una hora. Reportaron en la edición en línea de Agosto 9, 2004 de la revista "Proceedings of the [U.S.] National Academy of Sciences”, que los animales tratados mostraron una disminución del 65% en la muerte tisular en comparación con los animales control. Un mes después del tratamiento, los animales control mostraban un adelgazamiento severo de la pared del corazón y una función cardiaca reducida en comparación con el grupo tratado. Después de cuatro meses, los controles seguían mostrando un adelgazamiento severo de la pared cardiaca, mientras que el grupo tratado no mostraba prácticamente ninguna evidencia de daño.
"Aunque existen drogas que protegen el músculo cardiaco, la mayoría de los pacientes apenas logran llegar al hospital para beneficiarse de ellas”, dijo el autor principal, el Dr. Víctor J. Dzau, ahora canciller de asuntos de salud en la Universidad de Duke (Durham, NC, EUA). Esta excelente terapia génica puede ser administrada preventivamente a los pacientes en alto riesgo, meses antes de que desarrollen un ataque cardiaco, para suministrarles una protección a largo plazo del daño isquémico. Tan pronto el gen se activa después de la pérdida del flujo sanguíneo, los niveles de la proteína terapéutica se elevan rápidamente, suministrando una protección casi completa”.
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Brigham and Women's Hospital
Duke University